Patricia G. Santiago (agosto, 1978). Nace y radica en Torreón, Coahuila, México. Su propuesta pictórica ha sido reconocida a nivel nacional e internacional; entre sus distinciones se encuentran el Primer Lugar en la cateogría de Pintura en las Fiestas del Centenario de Torreón y el segundo lugar en la Bienal Internacional Cauduro de Dibujo, entre otros premios así como selección en diferentes bienales y convocatorias a nivel nacional y locales. Fue becaria del Fondo de Apoyo a la Creación Artística, Jóvenes Creadores otorgado por el Estado de Coahuila. Es candidata a grado de Maestría en Pintura por la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México y egresada de la Licenciatura en Artes Visuales de la misma Institución; es Licenciada en Ciencias de la Comunicación, por la Universidad Autónoma de Coahuila, Unidad Torreón.
Obtuvo el beneficio Pintura Nacional de INBA-Conaculta durante el 2012 donde se aplicó el proyecto Arte e identidad en la Comarca Lagunera, formación de públicos en torno a la pintura y la gráfica. Ha impartido diversos talleres, cursos y seminarios en artes visuales en instituciones públicas y privadas, al mismo tiempo que ha gestionado y promovido exposiciones y actividades educativas y de exposición y venta de obras artísticas. Ha impartido materias teóricas y prácticas sobre pintura e imagen en distintas instituciones como la FAD-UNAM, ITESM, Campus Laguna, Universidad Politécnica de Gómez Palacio y Escuela Escena de la Ciudad de México. Es docente del Centro de Artes Visuales de la U.A. de C., estuvo a cargo de la dirección del de enero de 2018 a diciembre de 2019; también imparte materias de licenciatura en la Universidad Autónoma de la Laguna y la Escuela de Artes de la UA de C.
Su área de investigación artística y teórica se desarrolla en la pintura a la que considera como una práctica compleja delimitada que permite ejercerce en disciplina así como en atención, concentración y contemplación de la existencia. Considera que la importancia de la pintura radica radica precisamente en su práctica, tal y como los ejercicios espirituales de diversas culturas tanto en oriente y en occidente, lo que plantea que la pintura se distancie del concepto de arte moderno.